
Las gasolineras son un actor fundamental en la movilidad de las sociedades que, en la actualidad, parecen tener un futuro totalmente incierto. La entrada en escena de regulaciones mucho más restrictivas, con respecto a determinadas tipologías de motores de combustión, y el auge del vehículo eléctrico no parece que puedan comprometer la viabilidad del sector. Te explicamos por qué.
Para comenzar, comprar una gasolinera es una de las operaciones más demandadas por los grandes fondos de inversión. Este tipo de compañías consideran que las estaciones de servicio son inversiones que necesitan una aportación de capital no muy elevado, con un riesgo muy controlado y con una rentabilidad media comprendida entre el 6 y el 7%.
Estos datos de rentabilidad, en caso de añadir nuevos servicios a la gasolinera o de hacer una gestión buena de los recursos disponibles, pueden pasar a ser de dos cifras como han indicado tanto propietarios como fondos de inversión.
¿Es un buen momento para comprar una gasolinera?
A priori, el panorama actual con respecto a las gasolineras no es muy favorable. Vivimos tiempos de turbulencias. En primer lugar, el Gobierno ha anunciado cambios efectivos como la subida de los precios del diésel y la restricción circulatoria a los motores diésel. A pesar de estos datos, para el inversor supone un panorama muy atractivo. Una situación de este tipo genera una incertidumbre que se contagia al vendedor y opta por vender cuanto antes su gasolinera a pesar de que el precio sea menor.
Teniendo en cuenta este escenario, el precio para comprar una gasolinera va a ser reducido. De esta diferencia se puede tener una partida muy atractiva para realizar las modificaciones que requiera, en caso de ser necesarias. Esta guerra contra el diésel tampoco tiene un futuro muy determinado, de ahí el tiempo de turbulencia que estamos viviendo. Sí, es cierto que en las ciudades se esperan grandes cambios relacionados con la movilidad, por lo que: ¿cuál sería la mejor inversión? Comprar una gasolinera ubicada en una autovía o área de servicio.
Este punto es muy importante. Hay que tener en cuenta que este tipo de gasolineras suelen ser más caras, pero su futuro está prácticamente asegurado. Este argumento está basando en las redes de transporte internacionales que siguen tanto camiones, como otros vehículos de gran tamaño. El repostaje de estos supone para las arcas de las gasolineras unos ingresos muy atractivos. Además, los periodos vacacionales son una fuente de facturación alta, no solo por la venta de carburante, sino por la venta de otro tipo de servicios relacionados: bar, restaurante, servicio de lavado, etc.
En resumen: comprar una gasolinera es una inversión rentable
Sí, tenemos un negocio que ofrece una rentabilidad comprendida entre el 6 y 7%. Asimismo, esta cifra puede subir hasta el 10% en caso de trabajar los servicios paralelos e invertir en nuevas instalaciones para los visitantes. Otro dato que nos hace creer en la sostenibilidad del sector de las gasolineras está en la venta de vehículos.
Durante el año 2018 se han vendido un total de 473.000 turismos y todocaminos, todos ellos de tipología diésel a pesar de las restricciones y los anuncios del Gobierno para ponerles fin. En cambio, la principal apuesta por el cambio, los vehículos eléctricos, tampoco han tenido un gran éxito en las ventas: tan solo se han registrado 6.000 compras durante el pasado año.
Para concluir, hasta el propio Estado no deja de apostar por el diésel a pesar de su propia legislación. En concreto, la Dirección General de la Guardia Civil, organismo dependiente del Ministerio de Interior, ha adquirido recientemente 249 vehículos diésel para su flota. Sí, sigue habiendo futuro para las gasolineras.
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